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ESTEREOTIPOS
Estoy cansada de escuchar que el CI es libre y el tango restrictivo.
Personalmente con el tango he tenido de las danzas más creativas y liberadoras; y es que siempre me ha parecido hermosamente rica la claridad en las reglas del juego, que permite emerger una creatividad en el lenguaje, la interpretación, la conexión, etc. Con el CI por otro lado, tampoco me pasa de sentir que es totalmente “libre”. Muchas veces para sentir esa libertad hace falta tener mucho dominio técnico para responder y organizar el cuerpo, el peso, la caída, etc. Mil cosas que requieren de trabajo específico y práctica. No vale cualquier cosa ya que incluso puedes poner en riesgo a tus compañeres o tu propio cuerpo.
¿Que lleva entonces a hacer esas afirmaciones?
Ya que ambas danzas pueden sentirse restrictivas o liberales según el momento, pienso que quizás estos estereotipos están mas relacionados a la pedagogía que a la práctica o a las danzas en sí misma, y esta es una distinción que me parece importante de hacer.
En tango se enseñaba, por suerte cada vez menos, desde una estructura rígida y obsoleta, tanto a nivel físico —exigiendo posiciones imposibles, practicando pasos sin entender mecánicas, con muy poca conciencia corporal, etc—, como a nivel mental o social —EL maestro, roles definidos como de hombre y de mujer, etc—. En CI a veces observo la dificultad a “corregir” o a decir: así no. Como si fuese miedo a parecer “dictadores” del movimiento o por querer ser muy amables en este deseo de armonía que recubre al mundillo contactero. Hay una intensión muy hermosa de dejar que el camino se explore, pero a veces hay personas que no tienen ninguna referencia y necesitan de la estructura (que nos ordena, nos sostiene) como punto de partida. Es como si ambas pedagogías hubiesen extremado algo. Dejar mucha libertad o intentar moldear demasiado a les practicantes. Este podría ser un lindo reto en el aporte que ambos lenguajes se podrían hacer el uno al otro.
Quiero aclarar que reconozco que es un resumen desde una mirada estereotipada de la enseñanza (pero de eso justamente va este segmento), y que por supuesto hay muy buenes profes que por suerte la sobrepasan. Pero si las personas que nos dedicamos a transmitir esta fusión tenemos tan marcados y seguimos reproduciendo estos estereotipos, ¿cómo es posible avanzar en el encuentro de esos lenguajes?
Eva Yufra, Marzo 2020